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Mi experiencia tras ganar el mundial 2025 de Ciberseguridad

Tomás García, campeón del mundo de ciberseguridad

Mi experiencia tras ganar el mundial 2025 de Ciberseguridad

Por Tomás García, egresado de la Escuela Superior de Informática.

La Ambassador World Cup (AWC) es una competición internacional organizada cada año por HackerOne, que reúne a los mejores talentos del hacking ético en un formato que emula la intensidad y emoción de un mundial de fútbol. En su edición de 2024, más de 750 investigadores procedentes de 40 países participaron en seis exigentes rondas, colaborando estrechamente con gigantes tecnológicos como Amazon, Adobe, Capital One, Mercado Libre y OKX.

Durante el torneo, se repartieron más de 2,3 millones de dólares en recompensas por vulnerabilidades reportadas. De los 5.539 informes presentados, 1.300 fueron considerados válidos, incluyendo 349 clasificados como de severidad alta o crítica. Estos datos no solo reflejan la magnitud del evento, sino también el papel crucial que desempeña la comunidad hacker en la mejora de la ciberseguridad global. Que compañías como Amazon o Adobe reciban cientos de reportes en apenas unos días pone de manifiesto una realidad incuestionable:

si incluso las grandes tecnológicas son vulnerables, ¿qué puede esperarse de las pequeñas empresas que apenas realizan auditorías mínimas para cumplir normativas?

Una vivencia que marca un antes y un después

A nivel personal, formar parte del equipo campeón ha sido una experiencia que ha cambiado mi vida. Inicié mi andadura en HackerOne a principios de 2024, y jamás habría imaginado que en cuestión de meses estaría compitiendo en Praga y Dubái, luchando por un título mundial. Recuerdo con nitidez el instante en que los embajadores del equipo me anunciaron que había sido seleccionado. Fue un momento indescriptible, el inicio de un sueño hecho realidad… pero también el fruto de muchas horas de dedicación, esfuerzo y constancia.

Desde entonces, cada ronda se vivió como una auténtica Champions League de la ciberseguridad. Diez días intensos por fase, en los que la concentración era máxima y el objetivo claro: encontrar vulnerabilidades para sumar puntos decisivos. En los cuartos de final, celebrados presencialmente en Praga, tuve mi primer contacto con un evento en vivo. Uno de los errores que descubrí fue elegido entre los mejores de la ronda, y tuve el honor de presentarlo, junto a dos compañeros, en un Show & Tell ante la empresa afectada. Fue un momento inolvidable, aún más al tratarse de mi debut presencial. Superamos con holgura las siguientes fases y, en una final celebrada en Dubái, logramos alzarnos con el ansiado título de campeones del mundo.

Para quienes están comenzando este camino

Este logro no solo pertenece a nuestro equipo: es una victoria para toda la comunidad de ciberseguridad en España. Demuestra que aquí también hay talento de primer nivel, aunque no siempre se le brinde la visibilidad o el reconocimiento que merece.

A quienes estáis en la Escuela y leéis estas líneas, quiero deciros algo desde el corazón: yo también estuve ahí, en vuestras aulas, sin saber exactamente a dónde me llevaría mi pasión por la informática. Fue entre segundo y tercer curso cuando descubrí que lo mío era la ciberseguridad. Con ilusión, esfuerzo y perseverancia, no hay meta inalcanzable. Seguid explorando, formándoos, retándoos a vosotros mismos… y un día os daréis cuenta de que el sueño que parecía tan lejano, está empezando a hacerse realidad.

Selección española de Ciberseguridad con el título mundial
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