Elegir Informática también es elegir cuidar

Por Carmen Lacave (Profesora Titular de ESI en UCLM).

En estos días en los que la mayoría de las y los estudiantes de 2º de bachillerato de toda España están decidiendo en qué estudios universitarios matricularse, es imprescindible tratar de desterrar algunos estereotipos que contribuyen a perpetuar la brecha de género en las áreas tecnológicas. Y es que, según el informe sobre Segregación de Género en los Estudios Universitarios, elaborado recientemente por el Ministerio de Universidades [1], las mujeres no llegan al 20% en las ingenierías, reduciéndose este porcentaje al 14% en el caso de los estudios de informática. En el otro extremo se encuentran los estudios de educación infantil, en los que las mujeres representan al 96% del alumnado, o los de enfermería, donde llegan al 82%. Las causas de estas diferencias son diversas, pero parece que hay consenso en que las mujeres prefieren dedicarse al ámbito de los cuidados.

Por tanto, es necesario concienciar sobre cómo la tecnología y los cuidados están íntimamente relacionados para impulsar la incorporación de mujeres en las áreas de tecnológicas y así construir sociedades más inclusivas, como propone la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible [2]. Y la universidad, como motor de generación de conocimiento y transferencia a la sociedad, está comprometida con la aplicación de la tecnología al mundo de la salud y los cuidados.

Sin ir más lejos, los grupos de investigación de la Escuela Superior de Informática de Ciudad Real trabajan en el desarrollo de varios proyectos relacionados con la aplicación de la tecnología a la salud y a la mejora de la calidad de vida de las personas. Entre ellos destaca el dedicado a la mejora de la calidad de vida de personas con trastorno del espectro autista (TEA) y de sus familiares, liderado por el grupo CHICO [3] de la UCLM, en el marco del proyecto APTEA (ref. TED2021-131956B-I00) y del convenio de colaboración con AUTRADE [4] (ref. 220413CONV).

El TEA se define como una disfunción del neurodesarrollo crónica, que se manifiesta desde edades tempranas y genera un gran impacto en la persona que lo sufre y en su familia. Aunque es un trastorno que presenta una gran variabilidad en sus manifestaciones, en general, las personas TEA se caracterizan por su pensamiento rígido o su tendencia a realizar actividades que se repiten constantemente, de forma que los cambios inesperados o la asistencia a ciertos entornos no habituales, les genera mucha ansiedad. Un ejemplo de ello es la visita al médico o ir a comprar al supermercado, que puede llegar a convertirse en una situación muy estresante, tanto para ellos como para sus familias, por la hipersensibilidad a los estímulos sensoriales que se pueden encontrar en el entorno sanitario, como contacto físico, ruidos, iluminación, comunicación con la gente, etc. Por tanto, es importante anticipar aquello que va a ocurrir para que la persona TEA pueda comprender la situación y saber lo que se espera de ella.

En este sentido, la tecnología aporta muchas ventajas, porque permite proporcionar información visual y personalizada en función de las necesidades de comunicación de cada persona, de sus dificultades sensoriales y de sus preferencias e intereses; además de que es capaz de ofrecer entornos altamente predecibles.

Así pues, los últimos años los estamos dedicando a trabajar en el desarrollo, evaluación y transferencia a la sociedad de distintas soluciones tecnológicas que faciliten la realización de tareas cotidianas a las personas con TEA, y a sus familiares, en función de sus necesidades, con el objetivo de mejorar la calidad de vida de ambos colectivos.

Uno de los primeros frutos de nuestro trabajo ha sido el desarrollo del prototipo software PlanTEA, que permite planificar y anticipar las visitas al médico a niñas y niños con TEA y facilita la comunicación con los especialistas [1]. La evaluación formal de la accesibilidad y usabilidad de este prototipo, tanto por expertos como por potenciales usuarios reales [2], ha arrojado resultados muy prometedores y ha obtenido unas valoraciones muy positivas. Además, ha permitido abordar varias mejoras, con el fin de optimizar su funcionalidad y adaptabilidad a las necesidades de los usuarios y así poder garantizar una experiencia óptima de usuario.

Este es uno solo de los muchos ejemplos en los que universidades y empresas tecnológicas estamos apostando para poner los cuidados en el centro de nuestros desarrollos. Y es obvio que las mujeres, que conformamos más de la mitad de la población mundial, debemos formar parte de este proceso para generar sistemas inclusivos y sostenibles.

Así que, chicas, animaos, la informática os necesita.

[1] Hernández, P.; Molina, A.I.; Lacave, C.; Rusu, C.; Toledano-González, A. PlanTEA: Supporting Planning and Anticipation for Children with ASD Attending Medical Appointments. Appl. Sci. 2022, 12, 5237. https://doi.org/10.3390/app12105237

[2] Valencia, K. (2023), User Experience Evaluation for People with Autism Spectrum Disorder, Tesis Doctoral, Universidad Miguel Hernández de Elche.

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[1] Universidades se marca como objetivo revertir la segregación por estereotipos de género en los estudios universitarios

[2] Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030 – Agenda 2030

[3] Computer Human Interaction and Collaboration – CHICO Research Group (uclm.es)

[4] Autrade – Asociación Regional de Afectados de Autismo y Otros Trastornos del Desarrollo

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